Tendemos a pensar que las enfermedades llegan con el paso del tiempo y que es normal que eso pase. Si bien en parte es cierto, por otra parte sería oportuno preguntarse el motivo. La presión alta es una afección que se puede prevenir y en muchos casos incluso eliminar.
Tener la presión alta significa que la fuerza de la sangre, bombeada por el corazón, aumenta en circunstancias particulares y ejerce una presión mayor contra las paredes de los vasos sanguíneos. Fisiológicamente, la presión sanguínea tienda a aumentar con el paso de los años, pero no siempre es directamente proporcional. De hecho, se considera nuestro organismo como una máquina biológica que con el paso del tiempo tiende a estropearse.
Esta máxima no puede aplicarse a todos, ya que el modo en que tratamos nuestra máquina biológica jugará un papel muy importante de cara al resultado final. El estilo de vida incide mucho en la aparición de este tipo de patologías.
Tendemos a quitarle importancia a un síntoma come la presión alta, ya que está muy extendido a partir de una cierta edad, y aun así es una alarma a la que debemos poner toda nuestra atención.
No todo el mundo sufre de presión alta, ni siquiera todas las personas de una cierta edad manifiestan esta patología. ¿A qué es debido?
Partamos de este presupuesto: no todas las constituciones son iguales y, como siempre, cada uno de nosotros es un universo a parte y debemos considerarlo como tal. Aun así, existen ciertas similitudes que nos permiten trazar unas líneas guía para prevenir patologías como la presión alta o intervenir en el caso de que ya esté presente.
¿Cuáles son las causas de la presión alta? Principalmente podemos afirmar que el estilo de vida que adoptamos incide muchísimo. Siendo la presión estrechamente vinculada al corazón, no se trata solo de seguir una alimentación sana sino de alimentar también nuestra mente de una manera correcta. Las mayores causas de la presión alta son:
Las causas van desde las de tipo alimenticio, que son fundamentales, a las de tipo emocional, que representan de todos modos una buena parte de la afección.
No se puede infravalorar el aspecto emocional en esta patología: el uso de fitoterapéuticos naturales a base de extractos de plantas puede ayudar a favorecer una relajación mental y física.
La medicina alopática no tiene una cura definitiva para la presión alta: si ésta aparece, se recurre a un fármaco que deberá tomarse durante toda la vida para tener el síntoma bajo control. Para la presión alta se puede intervenir también siguiendo una línea natural que nos permita no tener que recurrir constantemente a la pastilla e intervenir en el problema.
Se puede escoger entre los siguientes extractos fitoterapéuticos:
A todos ellos se pueden añadir principios activos relajantes como el tilo, la pasiflora o la melisa, que favorecen un bienestar mental.
Consejos eficaces para su prevención, tratamiento y control
Relajarse para aliviar las molestias relacionadas con el estrés y el dolor