La ortiga no posee solo propiedades urticantes, también puede ser muy beneficiosa para tu cuerpo: ¡descubre cómo con esta deliciosa receta!
La ortiga (Urtica dioica) es una planta que encontramos a menudo en los campos, pero a menudo se evita debido a su efecto urticante. De hecho, las hojas de ortiga están recubiertas por unos pequeños pelitos que, si son tocados, causan picor e irritación.
No obstante, esta planta es rica en numerosas sustancias nutritivas:
La ortiga tiene propiedades remineralizantes y reconstituyentes, también depurativas, anti eccematosas y anti urémicas: el uso interno de esta planta nos ayuda a eliminar las toxinas acumuladas durante el verano, y a prepararnos para afrontar mejor el inminente cambio de estación. Por este motivo te proponemos una receta original, con la ortiga y... ¡flores!
Ingredientes para 4 personas
Procedimiento
Pon a hervir el caldo vegetal con un pellizco de cúrcuma, el puerro y el arroz y déjalo cocer a fuego lento durante al menos media hora. Lava a parte las ortigas después de haberlas dejado en remojo en agua fría durante aproximadamente una hora. Es mejor utilizar solo las puntas de las ortigas: después de haberlas lavado bien, ponlas a hervir en una sartén suficientemente ancha y con no mucha agua. Atención: ¡la ortiga pierde muchísimo volumen con la cocción!
Apenas el agua en la que has puesto las ortigas empiece a dar señales de ebullición, puedes colarlas y añadirlas en la olla en la que estás cociendo el caldo vegetal, el arroz y el puerro desde hace media hora. Sube la llama para potenciar la ebullición y déja cocer durante cinco o diez minutos más. Retíra del fuego, mézcla todo con una licuadora, pásalo por un colador para evitar la presencia de posibles grumos y vuélvelo a poner a hervir regulando el sabor.
En esta receta hay dos pasajes que deben ser explicados.
El primer pasaje es el de preparar la crema cocinando la base, es decir, el caldo con el arroz y el puerro, y solo diez minutos antes de que acabe la ebullición añadir la ortiga. Este truco se utiliza en la preparación de todas aquellas cremas cuyo ingrediente principal tiende, en las cocciones prolongadas, a modificar su coloración: por ejemplo, las ortigas, las espinacas, las hojas del rábano, la rúcula silvestre, la remolacha, etc. Se utiliza este remedio para obtener una crema con un color más “vivo” e “intenso”.
El segundo truco que merece una explicación es el de hacer hervir la crema después de haberla licuado. Esto sirve para que salga el aire que la velocidad de la licuadora tiende a emulsionar a la crema, haciendo hervir de nuevo la crema durante un minuto a fuego vivo. La crema de ortiga obtenida de este modo será de un color verde brillante, y las pequeñas flores de violeta y caléndula que pondrás encima destacarán completamente.